Ya había empezado a escribir el folio en blanco con un «no». Me ha pasado algunas veces, pero enseguida me doy cuenta y lo borro. Me costó años saber decirlo con firmeza. Y ahora, decido cuándo «sí» y cuándo «no».
Una profesora muy sabia me dijo un día: «El amor lo justifica todo». Esas palabras se me quedaron grabadas con tinta negra, a mano y en la cabeza.
A la hora de crear. De salir a pasear una mañana cualquiera y una mañana lluviosa. De limpiar casas o bosques. De dedicar tu vida a los demás o a un pariente que se va. De escribir todos los días y comer arroz. De bailar hasta los treinta y… Ese bebé te transformó. De compartir tus días o llevarlos sola. De ver cine o teatro, de hacer cerámica o películas, de entrar en la mente a través de la cultura. De hacer bello lo humano y humano lo bello. De comunicar. De tomar tus propias decisiones, de coger un folio en blanco y borrar el «no».
Mil y ciento cinco cosas suceden cuando estás viva, muerta no lo sé. Intento guiarme por el amor… Cuando escribo poemas, a un personaje… Un corto. Cuando me levanto y veo el cielo en mi ventana. Cuando interpreto con mi alma y mi cuerpo. En conversaciones intensas o de pedo. Cuando voy a Madrid o vuelvo a mi tierra. Lo tengo grabado ¡hasta cuando cojo tomates del huerto!
Da igual lo que haga o suceda, que el amor, siempre, lo termina justificando todo.
Ahora vivo en un pueblo muy pequeño, apenas cincuenta personas en invierno. Y un día, no muy lejano, traeré un trocito de mi mundo aquí. Un «sí» a un encuentro entre personas que les mueve el amor por el cine. Un «sí» a promover cultura. Un «sí» a la visibilidad rural.
En Huerta de Rey me acogieron y animaron a que no me rindiera en el camino, a confiar en mi proyecto, en mí, en quien me rodea. Me prestaron su mano sin pensar siquiera un pequeñito «no»… ¡Este estaba aquel día en otra parte!
Estoy en ello. Soy muy cabezona y sé que lo haré. Llegará el festival de cortos a Puebla de la Sierra. Gracias, Nani, Luis, Huerta de Rey. Intentaré seguir vuestro ejemplo y guiarme como siempre… Con amor, mucho amor.
Fotografía: Sergio Fernández ©